Geografía

Hualfín se encuentra en un punto neurálgico sobre la Ruta Nacional 40, en la provincia de Catamarca. Conforma parte de la región de los Valles Calchaquíes en el noroeste argentino y se encuentra a 63 km de Belén, a 112 km de Santa María, a 179 km de Cafayate, a 170 km de Tafí del Valle y 230 km de Antofagasta de la Sierra. Otra forma de llegar es arribando al Aeropuerto Internacional Benjamín Matienzo, de San Miguel de Tucumán, o al Aeropuerto Internacional General Martín Miguel de Güemes, de Salta.

Hualfín es un poblado pequeño, mágico, que se encuentra rodeado de viñedos, en su mayoría de la bodega de Federico Mena Saravia. Posee una de las capillas más ilustres de la Argentina, la iglesia Nuestra Señora del Rosario, fundada en 1770, perteneciente también a la finca.

Clima

Su clima es continental árido, muy seco, con temperaturas medias anuales que rondan los 25 °C, abundantes horas de sol y escasas precipitaciones. Posee un microclima de montaña.

La razón del éxito de sus vinos radica en que los racimos son cosechados a mano, a 1870 metros sobre el nivel del mar, en una de las zonas más elevadas del país. El nivel de oxígeno es menor debido a la altura, y la intensidad del sol y del frío confieren al terruño gran amplitud térmica.

Suelos

Nuestras vides centenarias crecen en suelos compuestos de arena y arcilla. A esta característica se suma la sequedad que, junto con la profundidad y permeabilidad, otorga a nuestros vinos características únicas.

El riego se realiza a través de agua de deshielo procedente de los picos de la zona.

Uvas

Hijas de madres centenarias, las uvas del Alto Valle de Hualfín hacen honor al refrán: “De tal parra, tal racimo”. Dignos retoños privilegiados de cepas centenarias provenientes de Chile, vecino país, a través del Paso de San Francisco, confieren carácter e identidad a nuestros vinos.

Fabricación del vino

Nuestros vinos tintos se estacionan durante 24 meses en barricas de roble francés de primer y segundo uso. Luego de este proceso, pasan a la botella donde reposan durante 24 meses. Transcurrido ese tiempo, procedemos a prepararlos para su comercialización.

Todos los detalles de producción, que comienzan en el campo y finalizan en la bodega, son minuciosamente controlados con un estándar prémium, siguiendo los cánones que enorgullecían a nuestros antepasados.

Las uvas son extraídas de forma manual, de plantas centenarias, y nuestros viñedos son totalmente orgánicos.

Los suelos son abonados a través del pastoreo de ovejas, utilizando solo productos orgánicos. Una vez finalizada la vendimia, el orujo de las vides regresa al suelo que los vio nacer.

Hacemos realidad nuestra premisa de compromiso con el medioambiente: “Todo lo que sale de la tierra vuelve a ella”.

Sabores

Los sabores de nuestros vinos guardan una estrecha relación con la cepa que les da origen.

Federico Mena Saravia Blend es un vino de color rojo intenso, con bordes rubíes. Aromas de frutos rojos maduros, pimiento rojo, con notas especiadas, sutiles y herbales. Estructurado en boca, de buen volumen, taninos muy suaves y maduros, con armónico y elegante final.

Viña Centenaria Malbec es de color rojo intenso con bordes violáceos. Muy frutado, recuerda a ciruelas, pimienta y especias. Delicado y elegante, de buen cuerpo y volumen, taninos muy suaves, de largo y armónico final.

Rosé de Viña Centenaria Malbec es muy limpio y brillante, muy atractivo a la vista, de color rojo cereza con ligeros reflejos rubíes. En nariz se destacan aromas a fruta roja madura, fresas y especias. En boca es suave y sedoso, con armonía y fresco.

Viña Centenaria Torrontés posee un color amarillo brillante claro con tonos verdosos. Muy frutado y típico, de gran frescura. En nariz aparecen notas de cítricos, flores blancas y durazno blanco. En boca es estructurado, fresco, de buen volumen. Equilibrado, de largo y armónico final.