Nuestra granja
Aves, cabras, ovejas, cerdos y caballos forman parte de nuestra granja, integrando el paisaje enmarcado por los cerros ocres con el espejismo del cielo en el horizonte. Inmerso en este peculiar ecosistema están los viñedos, el corazón mismo de nuestra finca, que con su particular halo es uno de los lugares más célebres de Catamarca.
Nada está librado al azar. Los animales cumplen una función en el ciclo natural de la vid. Por eso, un paseo por viñedos puede resultar, si te gusta la naturaleza, una verdadera experiencia inmersiva en la biodiversidad.
Todo vuelve a su lugar. Las ovejas, al pastar entre las viñas, no solo las abonan, sino que contribuyen a erradicar las hierbas, evitando el uso de maquinarias para su eliminación. Los cerdos se crían con esmerada atención, su estiércol es utilizado como compost para los campos.
Las cabras merecen una mención especial en nuestro mágico micromundo. Con su grácil agilidad trabajan para mantener los campos y callejones libres de malezas, respondiendo a la cuidadosa dirección de sus cuidadores. De esta manera evitamos el uso de herbicidas y productos químicos, manteniéndonos dentro de los cánones orgánicos y amigables con el medioambiente.
Los caballos peruanos de paso son nuestra pasión. Cabalgar en ellos al atardecer entre las viñas invita a experimentar sensaciones únicas.
Y como broche final, presentamos a nuestros fieles guardianes y compañeros: Highlander, Atenea y Artemisa, pastores belgas malinois, atentos custodios del devenir diario en las labores campestres, y a los cuales podemos divisar patrullando entre las hileras de lavandas francesas que dan relieve a la casona y sus galerías.





